lunes, 18 de febrero de 2008

Reyes y peones.


Discriminar es muy fácil
No discriminar es muy difícil
Desear la recompensa, rechazar el castigo
es fácil.
Ni desear la recompensa, ni rechazar el castigo
es difícil.
Actuando como reyes y peones en un tablero
siguiendo el designio de lo blanco y lo negro.
Esa no es la senda del hombre libre, verdadero.
Atacar a los peones para vencer a los reyes
es tan sólo obligar a los peones a defender a los reyes.
Cuando los peones son sacrificados
los comandantes en sus torres son sacrificados
los capitanes en sus caballos son sacrificados
los gobiernos son sacrificados
las familias son sacrificadas.
Todo en nombre del Rey, del Reino, del Tablero
del inmutable designio de lo blanco y de lo negro.
Esa no es la senda del hombre libre, verdadero.
Desear la riqueza, rechazar la pobreza
Es fácil.
Ni desear la riqueza, ni rechazar la pobreza
Es difícil.
Colocarse uno mismo en un lado del Tablero
es aceptar moverse dependiendo del contrario.
Cuando los obreros son sacrificados
los empleados son sacrificados
los gerentes son sacrificados
las empresas son sacrificadas
las familias son sacrificadas
El Tablero ahí está, esperando.
¿Quién será ahora, La Victima o el Verdugo?
del inmutable designio de lo blanco y de lo negro.
¡Esa no es la senda del hombre libre, verdadero!

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