miércoles, 8 de diciembre de 2010

Comportamiento.


El poder beneficia a los que se subordinan al poder
perjudica a los que no se subordinan al poder
y es indiferente a los que son indiferentes al poder.

El poder beneficia a las familias, a las escuelas,
a los templos, a las empresas siempre y cuando
se subordinen a los intereses de los grupos o
individuos que detentan el poder, les brinda ayuda,
asistencia, consideración y preferencia de acuerdo
a la subordinación que mantengan hacia el poder.

El poder perjudica a las familias, a las escuelas,
a los templos, a las empresas cuando no se
subordinan a los intereses de los grupos o
individuos que detentan el poder, los aísla, los margina,
los bloquea, los divide, los oprime, los vigila, los persigue,
los reprime, los castiga de acuerdo a la insubordinación o
resistencia que mantengan hacia el poder.

El poder es indiferente a las familias, a las escuelas,
a los templos, a las empresas que son indiferentes a
los intereses de los grupos o individuos que detentan el poder,
no los toma en cuenta, los ignora, los abandona, los olvida.

Ese es el comportamiento del poder.

Por eso, cuando unos suben, otros bajan,
algunos no suben ni bajan,
el resto son perjudicados y olvidados.

Cuando una minoría es la que gobierna,
no importa de cual minoría se trate
pues el poder beneficiará los intereses
de la minoría gobernante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario