martes, 30 de agosto de 2011

Cadena.


Una persona cuando nace
por el sólo hecho de nacer
participa de algo que desconoce.

Los padres no le preguntaron
a esa persona
si es que quería nacer
o nacer en el seno de esa familia,
de esa cultura y en esa sociedad.

La persona así nacida entonces
tiene que someterse a la autoridad
de los padres, de los maestros,
de los sacerdotes, de los oficiales
del ejército y los funcionarios del Estado.

Porque si el control social
puede recibir el nombre de cadena
es debido a que efectivamente
se forma y se comporta como una cadena.

Los padres, los maestros, los sacerdotes
y demás representantes de la autoridad
no preguntan si se quiere obedecer,
no preguntan si se quiere dormir o comer
no preguntan si se quiere estudiar o rezar
no preguntan si se quiere trabajar,
no preguntan si se quiere ser leal
o útil para esa sociedad.

Si se acepta lo que establece la autoridad
se es recompensado, uno gana y disfruta.

Si se rechaza lo que establece la autoridad
se es castigado, uno pierde y sufre.

La gente llega a pensar que
existe una autoridad buena y otra mala
que existen maestros buenos y malos
que existen sacerdotes buenos y malos
que existen familias, escuelas, iglesias,
ejercitos, estados
unos buenos y otros malos.

Cuando en realidad lo que se realiza
es un pacto con la autoridad
la persona acepta y se subordina
a ser un eslabón de la cadena.

O rechaza y se rebela a ser parte de la cadena.

Pero la cadena no desaparece
porque la persona cuando nace
participa de algo que desconoce.

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