domingo, 13 de enero de 2013

Entorno.

imagen: Dama del Ocaso.
Ananké, el ingeniero,
construyó una máquina para viajar  por el tiempo,
viajó hacia el pasado y en ese entonces
encontró a un niño llorando al pie de una escalera.

Ananké le dijo al niño;
—lloras porque no sabes
de dónde viene el hambre o para qué sirve,
lloras porque no sabes
de dónde viene la enfermedad o para qué sirve,
lloras porque no sabes
de donde viene la soledad o para qué sirve,
porque no sabes de donde viene el enojo o para qué sirve,
porque no sabes de dónde viene el miedo o para qué sirve.
Todas éstas cosas necesitan mucho tiempo,
mucho trabajo para aprenderlas y entenderlas
pero te prometo una cosa, en el momento
más difícil estaré junto a ti, ¿de acuerdo? —.
El niño, sorprendido, asintió con la cabeza.

Ananké se despidió con un gesto,
caminó hacia el campo colector de su máquina del tiempo,
viajó hacia el futuro y en ese entonces
encontró a un hombre agonizando tendido en una cama.

Ananké se acercó al hombre,
éste respiraba con mucha dificultad,
en su rostro se podía ver que sentía mucho dolor,
incluso había rastros de lágrimas que recién se habían secado,
sin embargo, también había tranquilidad en su expresión.

El hombre abrió los ojos y dijo:
—Haz cumplido tu promesa —.
luego se echó a reír con risa débil pero alegre,
Ananké asintió con la cabeza, como cuando era niño.

1 comentario:

  1. Tus relatos tienen la cualidad de llegar directo al corazón ...gracias por tu inspiración

    ResponderEliminar