lunes, 3 de octubre de 2011

La renuncia.


Dios, agotada de la creación
volteó a mirar lo recién formado
en su mente no hubo sorpresa
al contemplar el infinito
pues no había nada
que Ella no entendiera.

--¡Un momento!--
dijo Estrella del Amanecer, el jefe de los ángeles
--A una hembra, aunque divina, no he de obedecer.--
Reunió pues el radiante disidente
a un alado ejército rebelde
y se lanzó espada en mano
dispuesto a combatir al Ser Supremo.

Dios les miró con ternura infinita
pues todo lo que hace Dios es infinito.

-- Está bien, hágase tu voluntad--
dijo Dios
luego, se quitó el manto, se despojó de la corona
y así desnuda, infinitamente desnuda
se fue a recorrer el misterioso camino
de aquellos seres que nada necesitan
porque ya contienen todo.

Estrella del Amanecer recogió el manto y se vistió con el
cien mil ángeles tuvieron que unir sus manos
para levantar la corona
después, con gran dificultad
la colocaron sobre la testa de su lider.

Esta es la historia que se escucha
en algunos ocultos seminarios
de la que se desprende y se deduce
que la humanidad ha sido conducida
por impostores y sectarios.

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